El proyecto propuesto por Ulises Mazzucca para su residencia se centra en habitar e interrogar los espacios del legado jesuita: el colegio, la iglesia y la ciudad que los alberga. San Ignacio de Loyola vivió en Arévalo durante su adolescencia, aunque apenas hay información sobre este periodo de su vida. Como punto de partida, se propone iniciar una investigación y desarrollar una narrativa sobre su juventud, este momento previo a su carrera militar, mucho antes de la creación de sus ejercicios espirituales.

Durante su residencia en Collegium, Mazzucca se ha propuesto desarrollar dos líneas de trabajo. La primera se centra en ampliar un conjunto de obras en las que interviene mobiliario de madera, buscando conferir una corporalidad al dibujo, su técnica principal. Las imágenes se expanden sobre la materia del mobiliario, modificando su superficie mediante acciones de intervención o sustracción.

La segunda línea de trabajo se enfoca en la creación de un conjunto de dibujos que funcionarán como una especie de bitácora. Estos dibujos serán realizados como una narrativa visual, que acompañará y documentará el proceso artístico y la investigación llevada a cabo durante su estancia en Collegium.

La residencia artística de Ulises Mazzucca ha sido posible a través de nuestra colaboración con Espacio Tacuari (Buenos Aires, Argentina), proyecto impulsado por los coleccionistas Juan y Patricia Vergez.